Las principales características comunes de la música de la época barroca son:
- La polarización de la textura hacia las voces extremas (aguda y grave). Destacan la voz superior y el bajo, abreviándose la escritura de las intermedias en el llamado bajo continuo; esta textura suele llamarse bipolar o de monodía acompañada.
- La presencia obligatoria del bajo continuo: junto a la línea melódica más grave (el bajo) se escriben unas cifras que resumen la armonía de las voces superiores.
- El desarrollo de la armonía tonal. El ritmo armónico es rápido (cambio frecuente de acorde).
- El ritmo del propio bajo establece un compás claro y sencillo (sea binario o ternario), muy uniforme.
- El desarrollo de un lenguaje instrumental propio diferenciado del vocal. En los teatros de ópera aparece la orquesta, con predominio de instrumentos de cuerda frotada, base de la actual orquesta sinfónica.
- La aparición de nuevas formas vocales e instrumentales: la ópera, el oratorio y la cantata, el concierto, la sonata y la suite.
- Fuertes contrastes sonoros (entre coros, entre familias instrumentales o entre solista y orquesta).
- El amplio espacio dejado a la improvisación, tanto en obras libres como en las ya escritas, en forma de ornamentación.
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